miércoles, 28 de noviembre de 2007

3. OPINIONES PERSONALES:

Según el autor, ser líder es ser buena persona, pero en primer lugar hay que amarse mucho a sí mismo para tener la capacidad de amar a los demás. Si uno no se quiere, se odia a sí mismo, en resumen, tiene la autoestima baja, no puede ser capaz de sentir amor por los demás, porque tiene la capacidad de amar anulada.

El libro muestra una gran cantidad de personajes de la historia que han sido líderes, pero no sabemos si eran buenas personas o no, porque eso forma parte de su vida privada, que desconocemos. Por supuesto que hay líderes que han sido buenas personas, pero no considero que sea una condición sine qua non. Ser buena persona, amar al prójimo como a uno mismo, es una cualidad deseable de un líder, pero también de cualquier otra persona, y no todas las buenas personas, que aman profundamente la humanidad, son líderes. Para ello es necesario tener también un don.

El arte del liderazgo se puede aprender, pero los verdaderos artistas, los verdaderos genios del arte, tienen ese “algo más” que los diferencia del resto. Es decir, tienen un don suplementario, que no todos poseen, que viene dado por la naturaleza, y que es imprescindible para ser un verdadero artista, un genio del arte (pensemos en Mozart y Salieri). Ser buena persona y sentir un amor fraternal por el ser humano, con todo lo que ello implica es el ideal, y se trata de practicarlo, pero para ser un verdadero líder hace falta algo más, que es una suma de inteligencia, carisma….es decir, autoridad innata. Cualquier persona puede elegir intentar ser un buen líder, y seguramente, con muchísimo esfuerzo y disciplina lo conseguirá, pero la mayoría de las veces estará por debajo de la persona que posea una capacidad de liderazgo natural. Y todo esto a pesar de que las capacidades se pueden desarrollar hasta que sean “inconscientes y expertas”, pero probablemente el nivel de las capacidades naturales sea mucho más alto.

La capacidad de liderazgo depende del área en que nos encontremos. No es lo mismo ser padre y por tanto, ejercer el liderazgo sobre sus propios hijos porque son menores y no tienen todavía la personalidad tan desarrollada como para que superen nuestra autoridad (es decir, sobre ellos se tiene una autoridad natural), que ejercer el liderazgo en una gran empresa con miles de empleados, cada uno con su carácter, sus problemas, sus expectativas, sus manías.

Cada uno debe intentar desarrollar las capacidades para las que tiene una facilidad innata, sin dejar de lado las demás capacidades, que también son dignas de ser desarrolladas, pero la mayor parte de las energías de la persona debe dirigirse a desarrollar las capacidades naturales. Esto proporciona la felicidad, porque se da uno cuenta de que “es bueno en algo”, y le anima a seguir mejorando y a tener una meta en la vida. Para ello hay que tener una gran dosis de humildad y no querer ser el mejor en todo, y aceptar que otras personas tienen otros dones de los que ellos carecen. Es decir, debemos aceptar el papel que cada uno tenemos en la vida, que nunca es menos importante que el de los demás. La capacidad de trabajar en equipo es un don igual de importante que el del liderazgo, y nunca debemos pensar lo contrario. Cualquier don que nos haga ser mejores como personas, debemos desarrollarlo, y dejar que cada uno desarrolle sus dones, sin querer tenerlos todos. Cada uno debe elegir su camino de desarrollo personal en esta vida, y ningún camino es más fácil o más importante que otro.


La frase de libro. “todas estas características son comportamientos, y el comportamiento se puede elegir. El hombre lleva en sí mismo las potencialidades, cuál de ellas utilice depende de sus decisiones, no de las condiciones en las que se encuentre. El reto para el líder es identificar aquellos rasgos en los que necesita trabajar para cambiar y mejorar sus hábitos y carácter, y eso requiere un gran esfuerzo”, es demasiado ambiciosa, se está de acuerdo en que todos tenemos las potencialidades, pero unas personas tienen más facilidad para las matemáticas y otras para las letras, y esto tiene una explicación científica clara. Por tanto la potencialidad existe, pero la facilidad para desarrollar cada potencialidad es distinta en cada persona. No es cierto que habríamos perdido un gran músico si Mozart se hubiera empeñado en ser un buen matemático en vez de desarrollar la potencialidad para la que más facilidad tenía (y por tanto más placer le proporcionaba). No hay estupidez más grande que el empeñarse en dedicarse a algo para lo que uno no está hecho.

En realidad, la mejor forma de ser un buen líder es haber sido liderado, en su propio pasado, por una persona en carne y huesos que nos sirve de modelo y de experiencia. La experiencia y los errores son los que realmente ayuda a modificar nuestros comportamientos, las teorías son únicamente la confirmación de que estemos en buen camino.

En cuanto a la disciplina, al esfuerzo que hay que realizar para conseguir las cosas, siempre es bueno desarrollar otras capacidades latentes, aunque no tengamos un don especial para ellas. Estas capacidades nos pueden ser muy útiles para cualquier situación, y nos hace ser personas más completas. Por tanto la disciplina es una cualidad muy deseable.

Respeto al cambio y la mejora continua, debemos hacer una reflexión continua de nuestros planteamientos, pues hay que tener la humildad suficiente para aceptar que quizás estamos equivocados ya que nuestros paradigmas pueden estar basados en información insuficiente o errónea, o simplemente obsoleta.

La vida empieza por una elección, una continúa toma de decisiones, incluso una elección a la hora de cómo enfrentarnos y comportarnos ante los problemas y cómo responder ante ellos, y es importante ser consecuente con nuestras elecciones. Esto está muy relacionado con la palabra ”compromiso” con uno mismo, con las decisiones que hemos tomado.

En conclusión, las enseñanzas de este libro son útiles para cualquier fin al que queramos dedicar nuestra vida, y desde luego, el ser buenas personas, es el camino directo a la felicidad y la plenitud, independientemente del puesto que ocupemos en cualquier situación de grupo.

La mejor forma de ser un buen líder es haber sido liderado, en su propio pasado, por una persona en carne y huesos que nos sirve de modelo y de experiencia. La experiencia y los errores son los que realmente ayuda a modificar nuestros comportamientos, las teorías son únicamente la confirmación de que estemos en buen camino.

El libro de “La paradoja” nos hace pensar en lo que supone asumir responsabilidades de liderazgo. El liderazgo es, por tanto, responsabilidad. Es saber escuchar a los demás, identificar y entender sus necesidades y tener la capacidad de satisfacerlas. Sabiéndote con poder para tomar decisiones que sean tenidas en cuenta, y la autoridad para hacer sentir a la otra parte que debe hacerlo porque es necesario, porque tiene un respeto a la persona que se lo “manda” y no porque se lo estén imponiendo. Para actuar así en una empresa u organización es necesario que la persona que ejerza de líder tenga una serie de capacidades personales innatas y/o aprendidas. Estas capacidades o habilidades a veces se es consciente de que se poseen, pero otras muchas se hacen de forma inconsciente. Por tanto, es necesario ser líder en tu rutina diaria porque de otra forma es imposible jugar ese rol.

No hay comentarios: